Queridos amigos:
Lo fácil no requiere demasiado esfuerzo.
Y por eso mismo, tampoco requiere que acudamos a las reservas espirituales que todos llevamos dentro de nosotros mismos.
¿Me permiten decirles una cosa?
Vivimos momentos interesantes.
Porque vivimos momentos difíciles.
Son precisamente esos momentos difíciles los que nos ponen a prueba a todos.
Los momentos fáciles, carentes de riesgo, de lucha y de búsqueda, terminan por ser momentos anodinos. Recuerdo que, hace unos años, leí la lectura que hacen los Chinos de la palabra “peligro”. (Bueno, ustedes saben que cuando queremos firmar alguna de nuestras ideas, mejor se la encajamos a los chinos y así ya tiene visa para circular por todo el mundo.) Decía el comentarista que la señal de “Peligro” era signo de “oportunidad”. Confieso que nunca he comprobado esta traducción.
Lo que sí me atrevería a decir es que las dificultades son las que más despiertan nuestras posibilidades.
No sabemos lo que podemos hasta que nos enfrentamos con lo difícil. No sabemos de lo que somos capaces hasta que nos decidimos a algo grande. No sabemos cuáles son nuestras verdaderasenergías en tanto no tengamos un gran reto por delante. Por eso siempre he preferido las situaciones difíciles a las fáciles. Lo fácil nunca nos dará nuestra verdadera medida. Lo fácil nunca nos dará nuestra verdadera talla humana y espiritual. | Dicen que vivimos en un mundo y una cultura tentada por la “desesperanza”. Y a decir verdad, cuando vemos las estadísticas de los que ya han perdido el sentido de la vida, la esperanza en la vida, se siente que algo que estremece por dentro. ¿Qué está pasando?, se pregunta uno. De la Iglesia se ha dicho que “o es capaz de despertar la esperanza” o ya no tiene sentido. Y del cristiano se ha escrito que “o es testigo de la esperanza”, o su vida ya no dice nada. Frases que, en el fondo suenan bien. Y hasta tienen su reto y desafío. Pero pensamos que es preciso pasar de “la invitación a la decisión”. Son malos tiempos para la esperanza. También lo son para la fe. También lo son para la dignidad humana. También lo son para la paz y la armonía entre los hombres. Por eso mismo, son momentos interesantes. Y como es preciso pasar de las palabras a los hechos, ahí estas páginas. Páginas que quieren ser semillas de ilusión, de esperanza. Que abran a nuevas posibilidades. |
Hoy los medios electrónicos nos permiten comunicarnos rápidamente y establecer una red de animadores de la esperanza.
Necesitamos palabras de esperanza.
Motivos de esperanza.
Gestos de esperanza
Todos estamos llamados a ser portadores de esperanza. A ser agentes de esperanza. A llevar una luz de esperanza. Es posible que no sepamos dónde alumbrará esa luz. Es posible que no sepamos qué corazón comenzará a latir de nuevo. Tampoco sabemos a dónde va a parar el polen de las flores llevado por el viento o por las abejas y los pájaros. Pero estamos seguros de que en alguna parte, está creciendo una nueva flor o un nuevo fruto.
Semanalmente espero enviaros un mensaje de esperanza, para que cada uno pueda esparcirlo a través de la red. Dejemos que la esperanza vuele, que en alguna parte aterrizará. Envíalo a tus amigos para que tus amigos lo hagan llegar a sus amigos y a los amigos de sus amigos. Seremos la cadena de los hombres con esperanza. Seremos la cadena de los hombres y mujeres que aún creen en la esperanza.
Las pequeñas realidades de la vida diaria son como esas pequeñas margaritas de los campos. Casi imperceptibles. Pero que son otras tantas voces que es preciso saber escuchar, para ir más lejos de la triste realidad.
Clemente Sobrado C.P.
(Envíalo a todos tus amigos)
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