EL AUTOR



LAS MIL Y UNA PREGUNTA A CLEMENTE 


- Padre Clemente ¿por usted no pasan los años?

- Pues te diré que ya he cumplido bastantes. Nací en 1929. Así que suma y sigue.

- ¿Dónde?
- En la Provincia de La Coruña, España.

- ¿Y por qué sacerdote?
- La llamada del Señor en 1942, que es cuando entré al Seminario Pasionista.

- ¿Y ordenado de sacerdote?
- Exactamente el 13 de marzo de 1954. Como ves ya son unos añitos.

- ¿Y en el Perú?
- Cuando me preguntan de dónde soy tengo dudas. Porque en el Perú he pasado la mitad de mi vida. Llegué aquí en 1968. Si sabemos sumar tú dirás cuántos son.

- ¿Usted se ha dedicado mucho a la pastoral familiar?
- Debo decirte que siempre ha sido mi pasión. Después de graduarme en Roma fui profesor de Filosofía durante diez años. Sin embargo, mi corazón siempre prefirió la pastoral y en concreto la de la familia.

- También se ha dedicado a escribir.
- Es otra de mis pasiones. Tengo como cuarenta y seis títulos publicados. Y todos ellos tratando de llevar un mensaje de esperanza a la gente: jóvenes, casados y ancianos. Y hasta te diría que los divorciados han sido para mí siempre una gran preocupación. Sobre ellos tengo dos libros, dos de ellos publicados por el CELAM.

- Y ahora está metido en el Internet.
-Es que tenemos que aprovechar todos los medios para hacer llegar el mensaje de Jesús.  Tengo la página Web iglesiaquecamina.com  y cada semana publico Mensaje a los amigos.

- ¿Y cómo nació esto del “Club amigos de la Esperanza”?
- Pues mira. Siento cada día que la gente vive muy angustiada. Y mi inquietud es de llevarles una palabra de ilusión y de esperanza, que la gente vuelva a sonreír.

- ¿Y cree que lo logrará?
-Yo diría que la pregunta  mejor sería  "si lo lograremos". Desde luego que uno solo puede poco, de ahí que se llama “Club amigos”, pues mi intención es que seamos muchos los que sembremos semillas de esperanza. Te explico:

Si cada uno ponemos una sonrisa,
si cada uno decimos una palabra de esperanza,
creo que el mundo va a cambiar de cara.

Una sonrisa ya es una esperanza.
Y una esperanza es una sonrisa.
Y ahí quiero embarcar a todos.
Por eso, cuento con todos.

- ¿Tanto optimismo?
- Por supuesto, por eso soy un hombre de esperanza.

¿Qué le diría en este momento a todos los navegantes de esta nueva red?
Que sean uno más de los que siembran alegría y esperanza apostando a que lo lograremos.